viernes, 4 de julio de 2008

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Li Po bajo la luna
se sintió menos solo,
como si la presencia de esa gran vagabunda
que aún navega los cielos de la noche
sin llegar nunca a puerto
absorbiese en su luz las sombras del camino
que él mismo había aún de recorrer.

Yo, que ando exiliado a este lado del texto,
trato de consolarme
de la infiel soledad de la lectura
(mahou en mano) pensando que tal vez
a la luz de la tinta,
a través de los siglos y las lenguas,
estemos los dos juntos
bajo la misma bola de papel
(y distintos alcoholes),
cantando una canción que, dulce y triste,
habla sin vil nostalgia de que el mundo
siempre mira a otro lado
mientras los hombres le hacen aspavientos.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me parece increíble, porque la primera estrofa tiene toda la sencillez de los chinos, los paralelismos de los que habla François Cheng en su ensayo sobre la escritura china, sobre la estructura retórica de los cuartetos, pero en la segunda estrofa Julio se pone occidental, llevando el texto a la metaliteratura, hispanizas el alcohol, los versos se llenan de oes y es, pero aún quedan señales de las ues de la primera estrofa. Y el papel en el que está escrito el texto (o la página web) se llena de sentido, como un sombrero de copa con doble fondo del que salen dos poemas: el de Li Po y el de Julio